lunes, 24 de diciembre de 2012

Nuestras peticiones

Hubo un momento de mi vida en que necesité tener algo que me importaba mucho.
Durante años pedí a Allah en todas mis oraciones diarias, y fuera de ellas, que me lo concediese. Y en ese camino aprendí varias cosas.

Si bien nuestro destino está determinado, no debemos dejar de rogar por aquello que necesitamos porque Allah siempre nos escucha y Se complace ante nuestras peticiones si demostramos con ellas que creemos más allá de toda duda que todo está en Sus manos.
Y siempre tengamos en cuenta que Allah conoce y nosotras no, y en Sus decretos siempre hay Sabiduría.

Puede ocurrir que ese asunto que pedimos tarde en venir o incluso que no venga. Pero en este último caso jamás pensemos que Allah no nos escuchó o no nos hizo caso. Quienes confiamos en Él ciegamente sabemos que eso no puede pasar nunca.

La vida terrenal, a la que nosotras llamamos ad-dunia, es un examen. No estamos aquí pasando el rato, sino pasando una prueba detrás de otra. Y la paciencia es una gran virtud que demostrar en los momentos más duros.
Sin duda pedir algo que durante mucho tiempo no llega es una de esas pruebas en las que poner todo nuestro esfuerzo, sin desesperar, sin dudar, sin prisas, sin quejas... Parece difícil ¿verdad?
Pero a pesar de nuestras debilidades, es en esas situaciones cuando mejor podemos demostrar nuestra fe y sometimiento a la voluntad de Allah. Al fin y al cabo, eso es lo que significa la palabra musulmán (muslim/a).

No olvidemos nunca que Allah escucha todo lo que Le pedimos.
A veces nos lo concede pronto, otras veces tarda un tiempo. Todo tiene un motivo, muchas veces nosotras mismas nos damos cuenta de por qué fue mejor que ocurriese en un momento y no en otro. Otras veces no llegamos a saberlo, pero estamos seguras de que hubo una razón importante para ello.
Existe también la posibilidad de que nunca tengamos eso que hemos suplicado, y en ese caso demos las gracias porque Allah sabe más que nosotras y sucede muchas veces que deseamos cosas que son perjudiciales o nos van a traer algún problema sin que podamos ni imaginarlo.

El resultado de mi aprendizaje ha sido este: Cuando pido algo a Allah, alabado y ensalzado sea, añado: deseo que ocurra si es un bien para mí; pero si es un perjuicio, por favor aléjalo de mí.
 



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