viernes, 27 de diciembre de 2024

La conquista de La Meca

"La batalla de la conquista de La Meca es la victoria más grandiosa con la que Allah honró a Su religión, a Su Mensajero, a Sus soldados y a Su fiel partido de piadosos. Con ella liberó a Su Casa Sagrada de manos de los politeístas, haciendo de ella una guía para los mundos. Fue la conquista con que los cielos se albriciaron y la gente entró en masas en las filas del Islam. Fue una victoria sin igual".

(Extraído del libro "El Néctar Sellado" de sheij Safi-ur-Rahman Al Mubarakfuri, traducido al español por el equipo de la editorial Annur)


Súplica a Allah


"¡Oh Allah! A Ti pertenecen todas las alabanzas, nadie toma lo que Tú extiendes (el sustento) y nadie puede extender lo que Tú restringes. Nadie puede guiar a quien Tú extravías ni desviar a quien Tú guías. Nadie puede dar lo que Tú retienes ni impedir lo que Tú das. Nadie puede acercar lo que Tú alejas ni alejar lo que Tú acercas. ¡Oh Allah! Extiende sobre nosotros Tus bendiciones, Tu misericordia, Tus favores y Tu sustento. ¡Oh Allah! Te pido un bienestar permanente que no cambia ni desaparece. ¡Oh Allah! Te pido la ayuda en los días de pobreza y la seguridad en los días de miedo. ¡Oh Allah! Me refugio en Ti del mal de lo que nos concedes y de lo que nos impides. ¡Oh Allah! Haz que amemos la fe y embellécela en nuestros corazones; y haz que aborrezcamos la incredulidad, el desorden moral y la desobediencia; y haznos de los guiados por el buen camino. ¡Oh Allah! Haz que muramos y vivamos siendo musulmanes; y admítenos entre los piadosos y no con los avergonzados y tentados. ¡Oh Allah! Combate a los incrédulos que desmienten Tus mensajeros y disuaden a la gente de Tu camino; y haz caer sobre ellos Tu censura y Tu castigo. ¡Oh Allah! Combate a los incrédulos que recibieron el libro. ¡Oh Dios de la Verdad!"

Esta súplica fue hecha por el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) el día de la batalla de Uhud y nosotros deberíamos tenerla presente cada día.

(Súplica extraída del libro "El Néctar Sellado" de sheij Safi-ur-Rahman Al Mubarakfuri, traducido al español por el equipo de la editorial Annur).


lunes, 2 de diciembre de 2024

Una nueva sociedad


Texto sobre la formación de una nueva sociedad en Medina después de la llegada del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) junto con los primeros musulmanes. Extraído del libro El Néctar Sellado, de sheij Safi-ur-Rahman Al Mubarakfuri, traducido al español por el equipo de la editorial Annur.

Con su sabiduría y su buena gestión, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fundó las bases de una nueva sociedad. Era el reflejo de la moral sublime de los musulmanes gracias a la compañía del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Él se comprometía en educarles en las enseñanzas, la educación, la purificación del alma, la observación de las buenas acciones y los buenos modales. Les educaba en el afecto, la hermandad, la gloria, el honor, la adoración y la obediencia. Un hombre le preguntó: ¿Qué obras tienen más mérito en el Islam?

Dijo: "Ofrece alimentos y saluda a quien conozcas y a quien no conozcas por igual". 'Abdullah Ibn Salam dijo: Cuando el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) llegó a Medina, fui a verlo. En cuanto lo vi supe que no podía ser mentiroso. Lo primero que dijo fue: "¡Oh gente! Difundid el saludo de paz, ofreced alimento, mantened unidos los lazos de parentesco y rezad por la noche mientras la gente duerme, así entraréis al Paraíso en paz".

Solía decir: "No entrará al Paraíso aquel cuyo vecino no está a salvo de su maltrato". Decía: "El musulmán es aquella persona de quien los demás musulmanes están a salvo del maltrato de su lengua y de su mano". También decía: "Ninguno de vosotros tendrá su fe completa hasta que desee para su hermano aquello que desea para sí mismo". "Los creyentes en su amor recíproco son como una única persona, cuando el ojo sufre, todo el cuerpo siente el dolor y cuando la cabeza sufre todo el cuerpo siente el dolor". Decía: "Los musulmanes entre sí son como una construcción donde cada parte sostiene a la otra".
 
Decía: "No os odiéis, no os envidiéis y no os deis la espalda. ¡Siervos de Allah! Sed hermanos. No se le permite al musulmán permanecer sin hablarle a su hermano más de tres días". Decía: "El musulmán es hermano del musulmán, no lo trata injustamente ni lo decepciona. Aquel que ayude a su hermano en sus asuntos, Allah le ayudará en los suyos. Aquel que alivie a un musulmán una pena, Allah le aliviará una pena de las del Día del Juicio. Aquel que resguarde a un musulmán, Allah lo resguardará el Día del Juicio". Decía: "Sed misericordiosos con los que están en la Tierra y tendréis la misericordia de Quien está en el Cielo". Decía: "No es un creyente aquel que se acueste con el estómago lleno mientras que su vecino esté hambriento". Decía: "Ofender a un musulmán es pecado y combatirlo es incredulidad"

Consideraba que despejar el camino de todo aquello que pueda ser dañino para los demás es caridad, la caridad es una rama de la fe. Exhortaba a los creyentes a dar caridad, recordándoles las virtudes de hacerlo para ablandar sus corazones.

Decía: "La caridad borra los pecados igual que el agua apaga el fuego". Decía: "Cualquier musulmán que vista a otro musulmán necesitado, Allah le concederá vestimenta del Paraíso; cualquier musulmán que alimente a otro musulmán hambriento, Allah lo alimentará de los frutos del Paraíso; y cualquier musulmán que da de beber a otro musulmán sediento, Allah le dará de beber del Néctar Sellado".
 
También decía: "Evitad el Infierno aunque sea con la mitad de un dátil (dado en caridad) y si no lo tenéis que sea con buenas palabras"

El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también exhortaba a abstenerse de pedir, a no ser que sea una necesidad. Solía mencionar mucho los méritos de la paciencia y la moderación. Consideraba el asunto como arañazos o rasguños en la cara de quien pide. Les hablaba de las virtudes y recompensa divina por el cumplimiento de las prácticas de la adoración. Les conectaba espiritualmente con la revelación que recibía, recitándosela, para que fueran consecuentes con sus responsabilidades hacia la misión islámica, además de la necesidad del conocimiento y la meditación. Así es como el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) perfeccionaba su pensamiento, elevaba su ánimo, despertaba sus dones naturales y les inculcaba nobles valores, hasta que llegaron a ser un modelo ejemplar para las generaciones venideras.

'Abdullah Ibn Mas'ud dijo: Si alguien quiere seguir la sunnah, que siga la tradición de aquellos que ya están muertos, porque los vivos no están a salvo de las tribulaciones. 
Así eran los compañeros de Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Eran los mejores de esta nación, los más piadosos, los más sabios y los menos pretenciosos. Allah, Altísimo sea, los eligió para acompañar a Su Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y establecer Su Religión. Así que reconoced sus méritos, seguid su tradición y aferraos, todo lo que podáis, a sus modales, porque ellos siguieron el camino recto.

Nuestro Mensajero (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), el gran líder, tenía excelentes atributos. Era perfecto con talento, virtudes, modales y admirables acciones que hacen que los corazones se inclinen hacia él. Siempre que decía algo o daba indicaciones, sus compañeros se apresuraban a acatarlas.

Así es como el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) pudo fundar, en Medina, una nueva sociedad, la más maravillosa y honorable sociedad, jamás conocida en la historia y sólida ante las distintas corrientes del tiempo y capaz de cambiar el curso de la historia de la humanidad.






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