lunes, 25 de junio de 2012

Explicación de algunas palabras que utilizo

En las entradas que escribo sobre religión, utilizo algunos términos que no he explicado previamente.
Todas las sugerencias son bienvenidas, y en especial esta, que me recuerda que me leen personas que no son musulmanas y no conocen algunas de las palabras que he escrito.
Así es que voy a dar una breve explicación, escribiendo en español la mayor parte de las palabras que pueda e intentando resumir de una forma sencilla para que pueda ser entendido por los no musulmanes.

Los musulmanes nos guiamos por el Corán y la Sunna.

El Corán es nuestro libro sagrado, contiene el mensaje de Dios revelado al profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) por mediación del ángel Gabriel (la paz de Allah sea con él).

La Sunna engloba todo lo dicho, hecho o corroborado por el profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y es una palabra que se podría traducir como "tradición".
La Sunna es establecida por medio de lo que llamamos Hadiz. Son breves relatos en los que se recogen las palabras del profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), relatadas por sus compañeros y recopiladas por los sabios que les sucedieron. Se refieren a lo que recomendó, ordenó, prohibió, enseñó o hizo.

Por último, veréis que al escribir los nombres de profetas o personas virtuosas (o en esta entrada en la que he mencionado al ángel Gabriel) escribo entre paréntesis unas frases de respeto y reconocimiento hacia ellos. Es tradición hacerlo así y aunque en algunos lugares he visto que ponen las iniciales de las palabras de la frase, yo prefiero escribirlas de forma completa (por ejemplo, cuando digo sobre un profeta "la paz de Allah sea con él).

Aprovecho para decir a quien  me esté leyendo que podéis pedirme todas las explicaciones que necesitéis.

domingo, 24 de junio de 2012

La prueba del vecino

Una amiga me ha regalado un libro.
Estaba echándole un vistazo y me ha llamado la atención un párrafo titulado "La prueba del vecino".
Copio algunos fragmentos:

"Imaginen que todos en casa se están peleando: rencillas, gritos, exabruptos, reproches, prisas y tensión invaden la casa. Alguien llama a la puerta. Es el vecino. Cuando entra en casa, todos se calman de repente. Nada es demasiado bueno para el vecino: los miembros de la familia son de repente increíblemente civilizados y atentos. Todos están encantados y se lo pasan bien.
Cuando el vecino se marcha pueden ocurrir dos cosas: que todos empiecen de nuevo a pelearse o que cada cual retome sus actividades sin más...

... ¿Es usted capaz de comportarse con sus hijos y su pareja durante un día entero como si un vecino lo estuviese escuchando todo el tiempo? ¿No decir nada a su hijo o pareja que el vecino no pudiese escuchar? Muchos padres confiesan que les resulta muy difícil. Y yo les digo que cuando consigan hacerlo durante todo un día, tienen que intentar hacerlo durante un día todas las semanas. Las personas necesitan este día semanal para encontrar de nuevo su equilibrio emocional,  para que les hablemos de forma más respetuosa y cariñosa, sin esos pequeños insultos y palabras de desaliento que utilizamos a diario."

Pues resulta que no es necesario imaginar esa escena ni hacer ninguna prueba, porque realmente sí hay Alguien que nos escucha todo el tiempo: Allah (alabado y ensalzado sea).
Él no viene a nuestra casa un sólo día todas las semanas, está a nuestro lado siempre. Todo lo ve y todo lo escucha.
Si nos esforzamos tanto en guardar las apariencias y agradar a un vecino que pudiera presentarse en nuestra casa, ¿por qué no esforzarnos mucho más ante nuestro Creador que nos acompaña siempre y ante Quien tendremos que rendir cuentas?
Pensémoslo antes de decir una mala palabra o tener un gesto feo con otra persona y seamos respetuosas con las personas de nuestra familia (en general con todas las personas).

Quien está a la espera del encuentro con Allah... El plazo de Allah llegará y Él es Quien oye y Quien sabe. (Corán 29:5)


viernes, 22 de junio de 2012

Ayudar a quienes tenemos cerca


Por desgracia, cada vez son más las familias con problemas laborales y económicos, y yo me pregunto qué podemos hacer las/los demás.

Cuando yo era pequeña, la relación con los vecinos era casi como de familia.
En los pueblos se notaba más esa preocupación de unos por otros. Pero incluso en el bloque en el que yo vivía, en una gran ciudad, también había ese afecto entre vecinos (puede ser porque la mayoría procedían de los pueblos).
El caso es que había mucha confianza, siempre estábamos dispuestos a ayudarnos unos a otros y nos entristecíamos cuando algo malo le pasaba a alguien.

Hoy en día creo que se ha perdido eso.
No nos preocupamos por quienes tenemos más cerca.
Seguramente no conocemos a la mayoría de nuestros vecinos. Puede que nos crucemos con ellos en la escalera, un brevísimo saludo por cortesía y poco más. Puede que no sepamos ni cómo se llaman.
En nuestro afán por ser individuales nos hemos desentendido de quienes tenemos al lado.

Es posible que en nuestro propio edificio haya familias con problemas y ni siquiera lo sabemos (no quiero ni pensar que a lo mejor a alguien ni le importa...).
De una forma sutil, sin entrometernos demasiado en los asuntos de los demás, intentemos averiguar si alguno de nuestros vecinos no pudo comer ayer, si alguno está enfermo, si alguno está solo.
A lo mejor no nos cuesta mucho cocinar un poquito más de cantidad y guardar un plato de comida para alguien, o comprar mañana una barra de pan de más, o pararnos a hablar un ratito con esa vecina que parece que tiene ganas de conversación (quién sabe si esa será la única conversación que tenga en todo el día).
Si hace varios días que no vemos a algún abuelo de nuestra escalera, seguro que no nos cuesta nada llamar a su puerta y preguntar si está bien.
A veces ni siquiera es necesario hacer tanto. Muchas veces una sonrisa y una palabra afectuosa pueden ser de gran ayuda.

De Abu Said Al-Judrí (que Allah se complazca de él) se transmitió que dijo:
Estábamos en un viaje con el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), cuando llegó un hombre sobre su montura, volviendo su vista a derecha e izquierda. Y dijo el Mensajero de Allah (la paz y bendiciones de Allah sean con él): -Quien tenga una montura de más, que se la lleve a quien no tenga ninguna. Y quien tenga provisiones de más, que se las lleve a quien no tenga ninguna.- Así fue mencionando todas las diversas clases de bienes o riqueza hasta que vimos que ninguno de nosotros tenía derecho a tener nada de más habiendo alguien necesitado de ello. (Lo relató Muslim)
(Hadiz número 345 de Lo más granado de los Jardines de los Justos, del imam An-Nawawi. Traducido al español por Zakaríya Maza Al-Qurtubí)

jueves, 21 de junio de 2012

Las siete vueltas a la Kaaba

La Kaaba se encuentra dentro de la Mezquita Sagrada de La Meca, su nombre significa "cubo" (debido a su forma).
Fue edificada por Adam (Adán, la paz de Allah sea con él), destruida por el diluvio y reconstruida por el profeta Ibrahim y su hijo Ismail (Abraham e Ismael, la paz de Allah sea con ellos). Ambos colocaron también la Piedra Negra (que fue traída por un ángel, procedente de los confines del universo) en el ángulo nordeste de la Kaaba para indicar a los peregrinos el punto de partida y el punto de llegada de las siete vueltas rituales que han de dar alrededor del templo, como los ángeles lo hacen alrededor del Trono de Allah.
Esta piedra no se adora, los musulmanes adoramos únicamente a Allah.

Las siete vueltas alrededor de la Kaaba se realizan en sentido contrario a las agujas del reloj, es decir, de Este a Oeste o de izquierda a derecha, en el mismo sentido que:
- La rotación de los electrones en sus siete órbitas alrededor del protón
- La rotación de la Tierra sobre sí misma
- La rotación de la Tierra alrededor del Sol
- La rotación de todos los Planetas del sistema solar alrededor del Sol
- La rotación del Sol sobre sí mismo realizada en 25 días
- La rotación del Sol entorno a toda la Galaxia
- La rotación de la Galaxia sobre sí misma
- La rotación del Tornado
- El movimiento de la Sangre en el cuerpo humano
- El movimiento de los Espermatozoides alrededor del Óvulo
- El movimiento del Óvulo cuando se dirige a las Trompas de Falopio

La circunvalación de la peregrinación relata los movimientos del universo desde la cosa más pequeña hasta la más grande.
(Fuentes:  Islam y Ciencia)





lunes, 18 de junio de 2012

Nuestros derechos

Me preguntan a menudo por la situación de la mujer en el Islam, creo que esto es lo que más le interesa a la gente sobre nuestra religión.
De hecho, muchas personas se sorprenden cuando les digo que vivo bien. Y mucho más aun cuando digo que tengo libertad de decisión, que no me encuentro bajo el dominio de mi marido y que mi marido no me maltrata.
Ahora que le he mencionado, quiero decir sobre él que es un hombre bueno, responsable, trabajador, amable, educado, cariñoso, respetuoso... y podría seguir escribiendo más cosas buenas sobre él.

Y volviendo al tema de las mujeres, estos son los derechos que el Islam nos reconoce desde hace muchísimos años (ahora estamos en el año 1433 del calendario musulmán):

- Derecho a la educación, al aprendizaje y a la enseñanza
- Derecho al matrimonio voluntario y sin coerción
- Derecho a la libre opinión y a la participación en la vida social y política, pudiendo elegir y ser elegida
- Derecho a la libertad de culto, que se extiende a cristianas y judías dentro del Islam
- Derecho al libre ejercicio del trabajo
- Derecho a poseer y administrar libremente sus bienes
- Derecho a heredar y legar patrimonio
- Derecho a representar y ser representada o testigo ante la justicia
- Derecho a promover el divorcio, a la manutención matrimonial y a la indemnización por divorcio

El más completo de los creyentes en su fe es el de mejor carácter. Y el mejor de vosotros es el mejor de vosotros con sus mujeres. 
(Transmitido por Abu Huraira y relatado por At-Tirmidi, hadiz hasan sahih.Hadiz 185 del libro Lo más granado de los Jardines de los Justos, del Imam An-Nawawi, traducido al español por Zakariya Maza Al-Qurtubí)

miércoles, 13 de junio de 2012

Mi pequeñez

Hace unos años, las arenas de cierta parte del desierto Rub´Al Jâlî fueron azotadas por fuertes vientos dejando al descubierto las ruinas de una ciudad que había sido sepultada por las arenas. Los arqueólogos comenzaron a examinar las ruinas de la ciudad para intentar determinar el periodo en que esta había sido construida. Ninguno de los arqueólogos sugirió que esta ciudad pudiera haber aparecido como resultado de las acciones naturales del viento, lluvia, calor y frío, y no por la acción del hombre.

Si alguno de ellos hubiese sugerido semejante cosa, las personas le habrían considerado loco y hasta habrían sentido pena por él. ¿Cómo sería entonces si alguien hubiera dicho que esta ciudad se formó en el aire de la nada en un pasado lejano, y que después apareció -ya establecida- en la tierra? Esta sugerencia es no menos extraña que la anterior, de hecho es mucho más extraña.

¿Por qué? Porque la nada no puede crear algo, lo cual es una cuestión de sentido común: una cosa no puede crearse a sí misma.
(Los párrafos anteriores están extraídos del libro "La creencia en Allah", de Omar S. Al Ashqar)

Para mí no supone ningún esfuerzo reconocer mi pequeñez.
Cuando contemplo el cielo por la noche, las estrellas, e imagino el grandioso universo sobre mi cabeza, se me hace más que obvio que soy minúscula en esa comparación.
Por eso puedo fácilmente aceptar la existencia de un Ser Superior.
No siento, como otras personas que alguna vez conocí, la necesidad de creer en la grandeza del ser humano y pensar que no hay nada ni nadie sobre mí.

Mis sentimientos y mis reflexiones sobre lo que me rodea me llevan a afirmar la existencia de Dios más allá de toda duda. Un Dios que posee los más hermosos nombres y al que yo llamo Allah.
También acepto las limitaciones de mi mente y mi incapacidad para contener todo en mi cerebro. No por ello pienso que si no lo abarco completamente es que no existe o que si no lo puedo demostrar con pruebas científicas es que no es verdad.
Detrás de estos razonamientos creo que está la vanidad de las personas para no reconocerse súbditos y sumisos de un Creador.
Yo sí lo reconozco. Y mi lógica me dice que si una ciudad no puede haberse creado sola, mucho menos todo un universo y lo que contiene.


viernes, 8 de junio de 2012

El Corán y los números


El Sagrado Corán es un texto que esconde maravillas.
Cuanto más se estudia a lo largo del tiempo, más cosas se descubren en él.
El uso de los ordenadores y los programas estadísticos han permitido además encontrar relaciones numéricas extraordinarias que demuestran que ha permanecido intacto y jamás se ha modificado, ya que cambiar una sola de sus palabras supondría alterar todo este equilibrio.
Esta es una prueba más de su origen divino, es imposible que un ser humano haya podido escribirlo y cumplir con todo este entramado numérico y muchos otros matices que se siguen descubriendo.

Estos son algunos de los ejemplos:

La palabra Shahr (mes) aparece 12 veces mencionada en el Corán (el número de los meses del año).
La palabra Yawm (día) se menciona 365 veces en el Corán (el número de los días del año).

La palabra Bahr (mar o agua) se menciona en el Corán 32 veces.
La palabra Barr (tierra) se menciona en el Corán 13 veces.
Ambas palabras, por tanto, se mencionan 45 veces (32+13)
Si calculamos porcentajes, tenemos que de esas 45 veces a la palabra Bahr le corresponde el 71,1111% ((32/45)x100) y a la palabra Barr le corresponde el 28,8888% ((13/45)x100).
Desde hace más de 1400 años, el Sagrado Corán recoge la proporción de Agua y Tierra en nuestro planeta, exactamente la misma que demuestran los últimos estudios.

Cada vez que en el Sagrado Corán se dice que "algo" es igual o como "otro algo", podemos comprobar que ambos términos aparecen mencionados el mismo número de veces en todo el texto sagrado.
Por ejemplo: 
Verdaderamente Isa, ante Allah, es como Adam. Lo creó de tierra y luego le dijo: ¡Sé! Y fue. (Corán 3:59)
Isa (Jesús) ha sido mencionado 25 veces en el Corán. Adam (Adán) también ha sido mencionado 25 veces.
Lo mismo ocurre con otros términos expresados de la misma forma.

En la Sura (capítulo) 18 del Sagrado Corán: La Caverna, se narra la historia de unos jóvenes y podemos leer que permanecieron dormidos trescientos años y nueve más. Si contamos todas las palabras de las ayas (versículos) en las que se cuenta esta historia, contamos 309 palabras. Y además la palabra que ocupa el orden 300 coincide con el término trescientos años.

Las palabras Sol y Luna aparecen juntas en el Sagrado Corán 19 veces, justo el mismo número de años que necesita la luna para estar en la misma posición y punto de su órbita con relación al sol.

Os podría contar muchos más milagros numéricos como estos. Podéis leerlos y comprobarlos en Islam y Ciencia.

Di: Si se juntaran los hombres y los genios para traer algo parecido a este Corán no podrían traer nada como él aunque se ayudaran unos a otros. (Corán 17:88)

¿Es que no han reparado en el Corán? Si procediera de otro que Allah, hallarían en él muchas contradicciones. (Corán 4:81)

Alif, Lam, Ra. Un libro cuyos signos se han hecho con perfección y además han sido clarificados por un Sabio, Conocedor de lo más recóndito. (Corán 11:1)

martes, 5 de junio de 2012

Y nunca más volví a tener sed

Era la época en que los primeros musulmanes emigraron a Medina.
Cuando Umm Aiman (que Allah se complazca de ella) partió para emigrar, ella no tenía comida ni bebida, y casi muere de sed. Cuando se hizo la hora de romper el ayuno, como ella estaba ayunando, oyó un sonido sobre su cabeza y miró hacia arriba. Allí vio un cubo suspendido en el aire y bebió hasta calmar su sed, y nunca volvió a tener sed en su vida.
(Extraído del libro "Los profetas y sus mensajes", de Omar S. Al Ashqar)

A mí me pasó lo mismo que a Umm Aiman.
Pero no era mi boca la que estaba seca y sedienta, era mi alma.
Durante mucho tiempo busqué para saciarme la fuente equivocada.
Yo también miré al cielo y rogué. Y el agua me cayó como un regalo.
Cada gota del trago fue ocupando su sitio, refrescando mi espíritu viajero. Y me reconfortó de mi cansancio, por la dureza del camino recorrido.
Ya llegué a mi destino, a la fuente del agua que buscaba.
Y nuca más volví a tener sed.



domingo, 3 de junio de 2012

Ad-dunia

Mi paso por ad-dunia (la vida terrenal y pasajera) es efímero y leve, algún día apenas quedará un rastro de mí por aquí. Procuro no olvidarlo nunca.
En un relato de Ibn 'Ummar -que Allah esté complacido con los dos- , dijo:
El Mensajero de Allah -la paz y las bendiciones de Allah sean con él- me cogió y me dijo:
"Se en esta vida como si fueras un extranjero o un pasajero"
Ibn 'Ummar -que Allah esté complacido con los dos- decía:
"Si te llega la noche, no esperes que te llegue la mañana. Y si te llega la mañana no esperes que te llegue la noche. Toma de tu salud para tu enfermedad y de tu vida para tu muerte."
(Hadiz número 40 de Los Cuarenta Hadices del Imam An-Nawawi. Transmitido por Al Bujari)

Soy consciente también de que al final de mi viaje todo se quedará aquí excepto mis actos.
De Anas, Allah esté complacido con él, dijo el Mensajero de Allah (Él le bendiga y le dé paz):
"Siguen al muerto tres cosas: su familia, su dinero y sus obras. Pero vuelven dos y queda una; vuelven su familia y su dinero. Y quedan sus obras."
(Hadiz número 104 de Los Jardines de los Justos del Imam An-Nawawi. Transmitido por Al Bujari y Muslim)

Qué Allah me guíe en mi viaje.
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