Ellos son mis enemigos, al contrario del Señor de los mundos.
Que me creó y me guía.
Que me alimenta y me da de beber
y que, cuando estoy enfermo, me cura.
Y el que me hará morir y luego me devolverá a la vida.
Y de Quien espero con anhelo que me perdone las faltas el Día de la Rendición de cuentas.
(Corán 26:77-82)
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