Se transmitió de Abu Huraira que el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:
"Tened cuidado con las conjeturas y las sospechas infundadas, ya que son las más infames de las conversaciones; no vayáis en pos de los defectos de los demás ni indaguéis sus faltas; no espiéis ni porfiéis sin derecho; no os envidiéis ni os odiéis ni os deis la espalda. ¡Sed, siervos de Allah, hermanos, como Él os ha ordenado!
El musulmán es hermano del musulmán: ni le oprime, ni le abandona, ni le desprecia.
Y el temor de Allah está aquí, y el temor de Allah está aquí (señalando a su corazón).
Bastante maldad tendría la persona que despreciara a su hermano musulmán.
Todo musulmán es sagrado para otro: en su sangre, su honor y su riqueza. Verdaderamente, Allah no mira a vuestros cuerpos ni a vuestras caras. Sino que mira a vuestros corazones y a vuestras acciones".
(Lo relataron Al-Bujari y Muslim)
(Hadiz número 909 de Lo más granado de los Jardines de los Justos, del imam An-Nawawi, traducido por Zakaríya Maza)
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