viernes, 15 de febrero de 2013

Todo se quedará aquí


Hace muchos días que no escribo aquí.
Y es que este blog tan personal, donde plasmo mis emociones, requiere de tranquilidad y tiempo para meditar cada palabra.
Estoy en estas semanas con una sensación de no llegar a todo, tantas cosas por hacer y tan poco tiempo libre. Complicaciones que surgen cuando menos las esperas y te hacen replantearte ciertas cosas. Decisiones que tomar. Preocupaciones por las cosas de esta vida que no nos dejan disfrutarla como debiéramos...

Y en mis ratos de "lucidez" me doy cuenta de que todo esto es un cuento o una especie de película, de que nada es real porque no es duradero. Todos los asuntos mundanos que nos causan dolor de cabeza están destinados a desaparecer y caer en el olvido.
Algún día ya no estaremos aquí. La muerte sí que es cierta para todas y todos. Iremos a otra vida y aquí lo dejaremos todo.
El día de nuestra muerte todo se quedará aquí: trabajo, dinero, casas, coches, ropa... esos objetos y posesiones que con tanta ansia queremos proteger no podremos llevarlos con nosotras. Aquí se quedarán...
Nos llevaremos solamente nuestras obras, las cosas que hicimos y los sentimientos y pensamientos que tuvimos.

Disfrutemos entonces de las cosas sencillas, de las personas a las que queremos y procuremos ser felices con poco. Que el esfuerzo sea para ser cada día mejores personas.

sábado, 26 de enero de 2013

Sobre la austeridad

 
(Extraído del libro "Lo más Granado de los Jardines de los Justos" del imam An-Nawawi. Traducido al español por Zacariya Maza. Capítulo 55)

El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) pidió la protección a Allah contra el hambre y la pobreza, según el hadiz. Sin embargo, si el hombre es probado por alguna de estas dos desgracias, deberá tener paciencia hasta que se vea libre de ellas. Y al musulmán se le pide el esfuerzo en el trabajo para la consecución del sustento. Y el rico agradecido es como el pobre que es paciente, en cuanto a recompensa. Y el gasto del hombre en necesidades reales es recomendable y tiene recompensa. Pero hay que tener cuidado con el despilfarro y la soberbia.

Se transmitió de Sahl ibn Saad:
"Vino un hombre a ver al Profeta (la paz y las bendiones de Allah sean con él) y le dijo: -¡Oh Mensajero de Allah! Indícame una práctica tal que si la hiciera me amaría Allah y me amarían los hombres-.
Dijo: -Sé austero en esta vida y Allah te amará, y prescinde de lo que los hombres poseen y ellos te amarán-."
(Lo relató Ibn Maya: hadiz hasan)
Y el Mensajero (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) respondió acerca de la austeridad con las siguientes palabras:
"La austeridad no es prohibir lo que es lícito ni tampoco desprenderse del dinero, sino que tener austeridad en la vida de acá es que lo que está en Las Manos de Allah es más valioso para ti que lo que tienes en tus manos."

lunes, 7 de enero de 2013

Cuando miras para otro lado


Cuando miras para otro lado en la sala de espera del médico, para no ver que la persona que llegó después está más enferma que tú y así no tener que cederle el turno...

Cuando miras para otro lado y, con disimulo, tiras una bolsa de basura en un terreno que no es tuyo, o tus desperdicios en medio de la calle...

Cuando miras para otro lado y haces como que no te das cuenta del ruído y las molestias que causas en las horas en las que tus vecinos intentan dormir...

Cuando miras para otro lado mientras pones la mano esperando un soborno por hacer tu trabajo saltándote ciertas normas...

Cuando miras para otro lado... ¿realmente crees que los demás no te ven?
O lo que es más importante... ¿crees que Allah, alabado y ensalzado sea, no te está viendo?


lunes, 24 de diciembre de 2012

Nuestras peticiones

Hubo un momento de mi vida en que necesité tener algo que me importaba mucho.
Durante años pedí a Allah en todas mis oraciones diarias, y fuera de ellas, que me lo concediese. Y en ese camino aprendí varias cosas.

Si bien nuestro destino está determinado, no debemos dejar de rogar por aquello que necesitamos porque Allah siempre nos escucha y Se complace ante nuestras peticiones si demostramos con ellas que creemos más allá de toda duda que todo está en Sus manos.
Y siempre tengamos en cuenta que Allah conoce y nosotras no, y en Sus decretos siempre hay Sabiduría.

Puede ocurrir que ese asunto que pedimos tarde en venir o incluso que no venga. Pero en este último caso jamás pensemos que Allah no nos escuchó o no nos hizo caso. Quienes confiamos en Él ciegamente sabemos que eso no puede pasar nunca.

La vida terrenal, a la que nosotras llamamos ad-dunia, es un examen. No estamos aquí pasando el rato, sino pasando una prueba detrás de otra. Y la paciencia es una gran virtud que demostrar en los momentos más duros.
Sin duda pedir algo que durante mucho tiempo no llega es una de esas pruebas en las que poner todo nuestro esfuerzo, sin desesperar, sin dudar, sin prisas, sin quejas... Parece difícil ¿verdad?
Pero a pesar de nuestras debilidades, es en esas situaciones cuando mejor podemos demostrar nuestra fe y sometimiento a la voluntad de Allah. Al fin y al cabo, eso es lo que significa la palabra musulmán (muslim/a).

No olvidemos nunca que Allah escucha todo lo que Le pedimos.
A veces nos lo concede pronto, otras veces tarda un tiempo. Todo tiene un motivo, muchas veces nosotras mismas nos damos cuenta de por qué fue mejor que ocurriese en un momento y no en otro. Otras veces no llegamos a saberlo, pero estamos seguras de que hubo una razón importante para ello.
Existe también la posibilidad de que nunca tengamos eso que hemos suplicado, y en ese caso demos las gracias porque Allah sabe más que nosotras y sucede muchas veces que deseamos cosas que son perjudiciales o nos van a traer algún problema sin que podamos ni imaginarlo.

El resultado de mi aprendizaje ha sido este: Cuando pido algo a Allah, alabado y ensalzado sea, añado: deseo que ocurra si es un bien para mí; pero si es un perjuicio, por favor aléjalo de mí.
 



martes, 20 de noviembre de 2012

El mejor amigo

De Abu Huraira se transmitió que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:
Cada hombre reunirá las mismas cualidades que el amigo que le acompañe. Así pues, que cada uno de vosotros vea quien es su amigo, para que elija al recto y veraz.
(Lo relataron Abu Daud y At-Tirmidí)
(Hadiz número 237 de Lo más granado de los Jardines de los Justos, del imam An-Nawawi)  


domingo, 11 de noviembre de 2012

Cuando nuestros padres llegan a la vejez


La relación con nuestros padres suele ir cambiando en cada una de las etapas de nuestra vida.
Cuando somos pequeñas todo nuestro mundo se centra en ellos, les necesitamos, nos dan todo lo que pueden y pensamos que no hay nadie mejor.
Al ir creciendo quizá empezamos a no estar de acuerdo en todo y al llegar a la adolescencia estamos seguras de saber más que ellos, de que casi todo lo que nos enseñaron estaba equivocado y, por supuesto, nosotras nunca seremos así.
Por suerte, unos años más tarde se nos suele pasar. 
Y en el momento en que somos madres es cuando realmente llegamos a comprenderles del todo: sus preocupaciones, sus regañinas, sus normas... todo se nos hace claro y entendemos lo que sentían ellos porque es lo mismo que sentimos nosotras ahora.

Después llega la vejez y entonces el destino de nuestros padres puede ser muy variado. Pero si viven dentro de la cultura occidental, es muy probable que terminen en una residencia de ancianos.
Esta es una gran diferencia que vi con el Islam, donde los padres tienen un valor muy grande, donde jamás un buen musulmán llevará a sus padres a ningún tipo de residencia (ni la más lujosa del mundo), donde jamás ningún padre o madre se planteará vivir en otro lugar que no sea cerca de sus hijos.
Sé que muchos abuelos de las residencias están allí por su propia voluntad. Esto es impensable para nosotros, ningún hijo pensará que sus padres son una carga y ningunos padres pensarán que son una carga para sus hijos.

Supongo que todo pasa por los cambios en la estructura familiar. Cuando no hay nadie en casa porque la mujer y el hombre trabajan fuera, entonces los miembros que no pueden valerse por sí mismos (ancianos y niños) tienen que pasar un tiempo en algún lugar. Para los más mayores serán las residencias y para los más pequeños la solución será la escolarización muy temprana.

En una crianza con apego, como la que yo intento ofrecerle a mi hijo, la empatía y los valores son fundamentales, también el respeto y la unión entre nosotros. Espero que todo eso dé sus frutos y esa unión no se rompa nunca, que mi marido y yo no vivamos la vejez en soledad, Insha Allah.
Que ningún padre o madre tenga que vivir su vejez en soledad. Amin.

Tu Señor ha ordenado que sólo Lo adoréis a Él y que hagáis el bien con los padres. Y si a alguno de ellos, o a los dos juntos, les llega la vejez junto a ti, no les digas "uff" ni los rechaces, sino que háblales con buenas palabras.
Baja sobre ellos el ala de la humildad que viene de la misericordia y di: ¡Señor mío! Ten piedad de ellos, al igual que ellos me criaron cuando era pequeño. (Corán 17: 23-24) 

De Abu Huraira se transmitió que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:
"¡Qué se dé de narices en el suelo! (Lo dijo tres veces) Aquel que alcanzó a ver a uno de sus padres o a los dos en la vejez y se le escapó la ocasión de hacerles el bien y entrar por ello en el Jardín"
(Lo relató Muslim)
(Hadiz número 209 de Lo más granado de los Jardines de los Justos, del imam An-Nawawi) 





martes, 6 de noviembre de 2012

Lo que tenemos y lo que no tenemos


Con cuánta facilidad vemos aquello que los demás tienen y a nosotras nos falta.
Y sin necesidad de compararnos con nadie, cuántas veces se nos van los pensamientos en enumerar todas las cosas que nos gustaría tener y no tenemos.
No es malo desear cosas, ni es malo esforzarnos por alcanzarlas. Lo malo viene cuando ese sentimiento nos lleva a la desilusión y nos impide ver y agradecer todo lo que sí tenemos.
Os propongo que preguntéis a otras personas qué cosas tenemos nosotras que a ellas les gustaría tener, cuáles son nuestras cualidades y posesiones más valiosas. A veces necesitamos ver a través de los ojos de otros lo que no somos capaces de ver por nosotras mismas.

A mí me ha pasado algo parecido hace poco, preocupada por la educación y formación de mi hijo.
Me desanimé viendo los recursos que tenían otros niños y que no existen en la zona en la que vivimos: parques, bibliotecas, museos... Y eso me hizo olvidar las valiosas posibilidades que podemos encontrar aquí y que seguramente muchos de esos niños no tienen: el mar al lado de casa, el campo, los animales, los oficios tradicionales, el aire puro, la opción de una escolarización más tardía que permite que los primeros años sean sólo de juegos, la posibilidad de la no escolarización sin persecuciones legales, no tener prisa, no tener que correr, no tener que madrugar si no queremos, la tranquilidad que da saber que no necesitamos tantas cosas...

Todo lo que tenemos es un regalo de Allah, Él sabe cuanto nos ha dado y por qué.
Y a nosotras nos corresponde valorarlo y estarle agradecidas siempre.
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