Los siguientes párrafos pertenecen al libro "Nada te turbe", de Aaidh ibn Abdullah al-Qarni.
"Nuestro Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue enviado a los hombres con un mensaje celestial. No se presentó motivado por ambiciones mundanas, no ansiaba fortuna y no poseía riqueza para gastar ni huertas magníficas de las cuales comer ni castillos en donde vivir. A pesar de todo esto, sus seguidores incondicionales le dieron su promesa de lealtad y permanecieron firmes junto a él, soportando una vida muy dura llena de dificultades. En un comienzo eran débiles y temían la hostilidad de los que los acechaban, pero aun así, amaban total e incondicionalmente al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
En una ocasión, fueron sitiados en un paso de montaña y la comida escaseó durante un tiempo. Ofendieron su reputación varias veces. Además, sus propios parientes les declararon la guerra y les atacaron; pero su amor por él seguía incólume.
Algunos de ellos fueron arrastrados por las ardientes arenas del desierto, otros fueron encarcelados y sometidos a nuevas formas de castigo puestas en práctica por los incrédulos. Aun teniendo que sufrir todo eso, lo amaban sin reservas con toda su alma y corazón.
Fueron privados de sus hogares, de su territorio, de su familia y se quedaron sin riqueza. A pesar de todo este sufrimiento, lo amaban sin dudar.
Los creyentes fueron probados en su fe a través del mensaje del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él). La tierra bajo sus pies se sacudió violentamente y aun así, el amor por él siguió creciendo en sus corazones.
Los jóvenes más destacados fueron amenazados constantemente por espadas que se erguían sobre sus cabezas.
Los hombres caminaban tranquilamente por el campo de batalla y avanzaban hacia la muerte sin temor, como si estuvieran de paseo, por la simple razón de que lo amaban incondicionalmente y creían en su Mensaje.
Uno de ellos recibió la responsabilidad de llevar el mensaje del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) al rey de un pais extranjero sabiendo que se trataba de una misión de la cual no regresaría. Sin embargo, fue y cumplió su tarea. Otro fue enviado en una misión y a pesar de que sabía que seguramente iba a morir, la cumplió feliz porque amaba al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) de manera absoluta.
Pero, ¿por qué lo amaban y estaban tan felices con su mensaje y su ejemplo? ¿Por qué olvidaban el dolor, el sufrimiento y las dificultades que les llegaban como resultado de su amor?
Dicho en pocas palabras, él representaba la benevolencia y la rectitud. Encontraban en él todos los signos de verdad y pureza. Era un símbolo para aquellos que buscaban la superioridad. Con su ternura apaciguaba el rencor de los corazones, con sus palabras llenas de verdad calmaba las inquietudes y con su mensaje colmaba de paz las almas.
Inundaba de felicidad sus corazones, hasta reducir a algo insignificante el dolor que ellos sufrían por estar a su lado. Cultivó en sus almas una creencia que les hizo olvidar toda herida y toda adversidad que tuvieron que atravesar.
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) pulió e iluminó su interior con la guía divina. Les quitó la carga de la ignorancia, las depravaciones de la idolatría y las consecuencias malignas del politeísmo. Apagó las llamas de la malicia y la animosidad que había en sus almas y vertió el agua de la fe en sus corazones.
Saborearon la belleza de la vida con él y conocieron el deleite de su compañía. Encontraron la felicidad a su lado, la seguridad y la salvación al seguirlo y la riqueza interior al imitarlo."
"Oh Allah, que Tus bendiciones y Tu paz sean sobre Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) quien liberó las mentes de las trabas que provoca la desviación y rescató las almas de la falsedad. Ten Misericordia de sus nobles compañeros como recompensa por su lucha y sus esfuerzos."
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