Se transmitió de Abu Huraira que oyó decir al Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él):
Hubo en la tribu de Israel un leproso, un tiñoso y un ciego; Allah quiso probarlos y les envió un ángel. Este acudió al leproso y le dijo: ¿Qué sería lo más querido para ti? Dijo: Tener un buen color, una buena piel, y que se desprenda de mí lo que hace sentir a la gente asco de mí; dijo: Le frotó y desapareció la inmundicia que le cubría el rostro, dándole un buen color y una buena piel; después le preguntó de nuevo: ¿Qué riqueza te gustaría más? Dijo: ¡Los camellos! Y le dio una camella preñada de diez meses diciéndole: ¡Qué Allah te la bendiga!
Después fue al tiñoso y le preguntó qué era lo que más le gustaría tener y le contestó: Un buen pelo y que me desaparezca lo que hace tener a la gente asco de mí; le frotó y se le quitó la tiña; después le preguntó qué riqueza le gustaría tener y dijo que las vacas; así pues le dio una vaca preñada diciéndole: ¡Qué Allah te la bendiga!
Luego fue al ciego y le dijo qué era lo que más amaba; y le contestó que Allah le devolviera la vista para que pudiera ver a la gente; le frotó pues y Allah le devolvió la vista; y luego al preguntarle por la riqueza que más le gustaría, dijo que los rebaños de ovejas; así que le dio una cabra preñada.
Así pues, se multiplicó el ganado de los tres hasta poseer cada uno un valle lleno de sus animales preferidos.
Pasó el tiempo y se presentó el ángel al leproso con el aspecto de un hombre pobre y viajero que se ha quedado sin nada en su viaje diciéndole: No tengo suficiencia hoy, excepto por Allah, y te pido por Aquel que te ha dado un buen color, una buena piel y la riqueza, un camello para ganarme la vida con él en mi viaje. Le contestó: ¡Pides mucho! Entonces, le dijo: ¡Creo que te conozco! ¿Tú no eras leproso y la gente sentía asco de ti; eras pobre y Allah te hizo rico? Le contestó: He heredado esta riqueza de mis mayores. Le dijo: ¡Si mientes, que Allah te devuelva a como estabas!
Dijo: Después acudió al tiñoso con el mismo aspecto y le dijo lo mismo que le había dicho al otro y le contestó de la misma manera que el otro. Le dijo entonces: ¡Si mientes, que Allah te devuelva a como estabas!
Después acudió a pedirle al ciego como si fuera un pobre viajero y le pidió una cabra para poder vivir en su viaje. Entonces, le contestó: ¡Yo era ciego y Allah me devolvió la vista! Así que, toma lo que quieras y deja lo que quieras. ¡Por Allah! No te negaré nada hoy de lo que cojas por Allah. Le dijo: ¡Toma tu riqueza! Sólo habéis sido probados; Allah se ha complacido de ti y se ha enojado con tus dos compañeros.
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