martes, 28 de julio de 2015

La paciencia ante las desgracias


Vamos a contarte la más hermosa de las historias al inspirarte esta Recitación, antes de la cual estabas inadvertido. (Corán 12:3)

La Sura de Yusuf (sura 12 del Corán) está llena de enseñanzas y cuestiones sobre las que reflexionar. Un punto importante en ella podríamos resumirlo como la paciencia ante las desgracias.
Yusuf (en español, el profeta José, la paz de Allah sea con él) fue arrojado a un pozo por sus hermanos, fue vendido y llevado a vivir a un lugar lejos de su familia y pasó varios años en la cárcel acusado de un delito que no cometió.
Todas estas adversidades las soportó con paciencia, encomendándose a Allah que todo lo puede y sin perder nunca la esperanza en Su ayuda.
Qué grandes son estas cosas en comparación con los contratiempos que nos llevan tantas veces a reaccionar con enfado y continuas quejas cuando nos pasa esto o aquello que nos disgusta. Y qué gran mérito tendríamos si nuestra primera reacción fuese imitar el ejemplo de los virtuosos profetas que nos mostraron su paciencia ante las experiencias más duras.

Pero en esta sura no sólo encontramos la paciencia de Yusuf, también nos debe llamar la atención la actitud de su padre, Yaqub (en español, el profeta Jacob, la paz de Allah sea con ellos).
Yaqub perdió a su amado hijo Yusuf, le dijeron que había muerto (sin ser cierto) y durante años sufrió por él, sin perder la esperenza y pidiendo a Allah.

Y enseñaron una túnica con sangre falsa. Dijo: ¡No! Vuestras almas os han inducido a algo, pero hermosa paciencia y en Allah es en Quien hay que buscar ayuda contra lo que contáis. (Corán 12:18)

Dijo: ¡No! Vuestras almas os han incitado a algo, pero hermosa paciencia. Puede que Allah me los traiga a todos a la vez, verdaderamente Él es el Conocedor y el Sabio. (Corán 12:83)

Acerca de esta aya (12:83), se recoge lo siguiente en el tomo 5 del Tafsir del Corán de Al-Qurtubí:

"De aquí se desprende que todo musulmán debería tener paciencia cuando le ocurre alguna desgracia a él mismo, a sus hijos o a su riqueza, mediante la aceptación y su total entrega al mandato de Quien ha hecho posible lo que le ha sucedido, el Poderoso, el Sabio, y siga el ejemplo del profeta de Allah, Yaqub y los demás profetas, Allah les conceda a todos paz y bendiciones. Se transmitió de Al-Hasan que dijo: No hay dos tragos que pueda pasar el siervo más queridos para Allah que el trago de una desgracia que pasa el siervo con buena paciencia y resignación, y el trago de una ira que controla el siervo con mesura y perdón. La paciencia debe ponerse en la primera embestida de la desgracia, y la recompensa es de quien menciona su desgracia y dice: inna lillahi wa inna ilaihi rayi´un (de Allah somos y a Él volvemos) y de Ibn Abbas se transmitió que dijo: Yaqub recibió como recompensa por Yusuf la equivalente a la de cien mártires.

domingo, 19 de julio de 2015

Seguir los deseos del alma


Y yo no digo que mi alma sea inocente pues es cierto que el alma ordena insistentemente el mal, excepto cuando mi Señor tiene misericordia.
Es verdad que mi Señor es Perdonador y Compasivo. (Corán 12:53)

Pues, ciertamente, el alma ordena insistentemente el mal.
Se transmitió del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) que dijo:
¿Qué diríais si tuviérais un compañero al que honráis con toda clase de atenciones, le dais de comer y de vestir, y después os lleva al peor de los destinos; y si lo humilláis, siendo austero con él, sin darle todo lo que quiere de comer, vestir y otros bienes deseables, pero él después os lleva al mejor de los destinos?
Dijeron: ¡Oh Mensajero de Allah! Ese es el peor de los compañeros sobre la tierra.
Dijo: Pues, por Aquel que tiene mi alma en Su mano, ciertamente, son las almas que tenéis entre vuestros costados.

(Tomo 5 del Tafsir del Corán de Al-Qurtubí, traducido por Zakaríya Maza)

miércoles, 15 de julio de 2015

El Zakat al-Fitr con los niños


Hoy he publicado en otro de mis blogs una entrada sobre el Zakat al-Fitr enfocado desde el punto de vista educativo, como una experiencia para involucrar a los niños en los acontecimientos importantes de la familia y aprender más sobre el Islam, al mismo tiempo que les puede proporcionar aprendizajes también en otras áreas.
Si os ineteresa leerla, este es el enlace.

sábado, 11 de julio de 2015

La hospitalidad es de las cualidades más honorables


Y fueron Nuestros mensajeros a Ibrahim a llevarle las buenas noticias y dijeron: Paz, contestó: Paz; y no tardó en venir con un becerro asado. (Corán 11:68)

Esta aya demuestra que es de las normas de la educación con el huesped, obsequiarle con presentes de forma inmediata; la hospitalidad es de las cualidades más honorables en la educación islámica, y caracterizaba con ella a los Profetas y hombres justos.
Según un hadiz, dijo el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él): Quien crea en Allah y en el Último Día que honre a su vecino; y quien crea en Allah y en el Último Día que honre a su huésped.
(Extraído del tomo 5 del Tafsir del Corán de Al-Qurtubí, traducido por Zakaríya Maza)

En Sahih al Bukhari (Volumen 8, Libro 73, Número 156) encontramos que narró Abu Shuraih Al-Kabi:
El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: Quienquiera que crea en Allah y el Último Día, deberá servir a su invitado generosamente. La recompensa del invitado es: proveerlo con tipo de comida superior por una noche y un día y un invitado debe ser hospedado con comida durante tres días, y lo que quiera que sea ofrecido más allá de eso, es considerado como algo dado en caridad. Y no es permitido para un invitado quedarse con su anfitrión por un período tan largo que lo ponga en una posición crítica.
(Fuente del hadiz: Perlas del Islam)

Vemos que es obligatorio para los musulmanes recibir al huésped (incluso cuando se presenta sin invitación) y tratarle con cortesía, ofreciéndole el primer día de lo mejor que tengamos en casa y el resto de los días, comida normal.
Y para el huésped es obligatorio no quedarse tanto tiempo que pueda provocar que su anfitrión ya no pueda atenderle correctamente.

jueves, 9 de julio de 2015

¿Cómo funciona un banco islámico?


Lo primero que quiero aclarar es que el hecho de que un banco se encuentre dentro de un país de mayoría musulmana no nos garantiza que sea un banco islámico. En muchos de estos países la mayoría de los bancos son los "tradicionales" que conocemos en Occidente; y en cambio, hay países occidentales en los que ya existe algún banco islámico.
Lo mejor es informarnos antes.

Los bancos islámicos se basan en cuatro normas muy importantes dentro del Islam:

1. Prohibición de la usura y, por tanto, no se pueden cobrar intereses (está prohibido tanto cobrarlos como pagarlos).
Los que comen usura no se levantarán sino como se levanta en un ataque de locura el que ha sido tocado por el Shaytán.
Eso es porque dicen: La usura es como el comercio.
Sin embargo Allah ha hecho lícito el comercio y ha prohibido la usura.
Así pues, al que le llegue el aviso de su Señor y desista, podrá quedarse con lo que esté ya consumado y su caso se remitirá a Allah. Pero quien reincida... Esos son los compañeros del Fuego donde serán inmortales. (Corán 2:274) 

2. No se permite invertir el dinero en actividades haram, prohibidas por el Islam (por ejemplo, las relacionadas con el consumo de alcohol, tabaco, drogas, apuestas, juegos de azar, pornografía, industria porcina, fabricación de armas, etc.). El factor ético es fundamental.

3. Está prohibida la incertidumbre o ambigüedad en los contratos comerciales.

4. Los juegos de azar está prohibidos en el Islam, por lo tanto en el ámbito bancario se rechaza cualquier actividad que implique un riesgo financiero.

Los bancos islámicos tienen diferentes productos a disposición de sus clientes, yo voy a mencionar algunas cuestiones sólo por encima para que se entiendan los principios que siguen. Para información más concreta os aconsejo consultar fuentes financieras o contactar con los propios bancos.

En cuanto a los depósitos de dinero, existen cuentas bancarias como las típicas que conocemos pero sin generar intereses.

Para comprar una vivienda, el banco la adquiere a petición del cliente pactando un precio final de venta que no está sujeto a las condiciones cambiantes del mercado. El cliente paga mensualidades en concepto de alquiler hasta que la deuda queda saldada. Si no puede pagar, la vivienda se pone a la venta y si hay algún beneficio al venderla, se reparte entre el banco y el cliente.

Para comprar otro tipo de bienes, el procedimiento es similar al de la vivienda. El banco lo compra al precio acordado con el cliente, especificando de una forma muy clara cuotas y plazos para que no haya sorpresas.

Para crear una empresa o proyecto, el banco y los clientes crean una sociedad en la que el banco pone el dinero y los otros socios ponen el trabajo y la gestión. El banco participa en las ganancias o pérdidas (a diferencia de los otros bancos, donde todo el riesgo es asumido por el cliente) y los otros socios tienen la posibilidad de comprarle su parte según las condiciones que hayan acordado al principio.

En estos tiempos de crisis, muchos sectores se están fijando en los bancos islámicos como una alternativa más segura y ética. Ya comentaba al principio que en algunos países occidentales ya podemos encontrar estos bancos, aunque he leído que algunos gobiernos están poniendo trabas.

lunes, 6 de julio de 2015

La situación económica de la mujer en el Islam


Hace más de 1400 años, el Islam otorgó derechos a la mujer que en aquella época eran impensables. Incluso hoy en día, en Europa o en Occidente (donde tantos avances se piensa que se han dado en los derechos y bienestar de las personas), la situación real de la mujer queda muy lejos de lo que propone el Islam.
Mujeres que se ven obligadas a salir a trabajar, teniendo que dejar aparcadas su casa y su familia, que reciben sueldos que no son proporcionales a su trabajo, que a veces se ven forzadas por las circunstancias a mantener ellas mismas a sus hijos y las múltiples deudas, que al llegar a su casa tienen que seguir trabajando en las tareas domésticas que no pudieron hacer en las horas que estaban fuera, y con un riesgo importante de caer en una situación económica inestable e insuficiente, con las consecuencias que ello puede traer.

El Islam protege a la mujer de ese riesgo y garantiza que sus necesidades siempre estén cubiertas, al mismo tiempo que le otorga el derecho a administrar sus bienes como mejor quiera y le quita la carga de las responsabilidades económicas.
La mujer musulmana no está obligada a gastar en su casa ni en sus hijos, a no ser que ella libremente quiera, esta responsabilidad recae en los hombres, que están obligados a mantener su casa y su familia.
Además la mujer musulmana tiene el derecho de que sus necesidades sean cubiertas por un hombre, que debe hacerse cargo de sus gastos de vivienda, alimentación, vestido y cuestiones médicas. Ese hombre es alguien de su familia (normalmente su padre o sus hermanos) y al casarse la responsabilidad la adquiere su marido; si este fallece, la mujer nuevamente es mantenida por un hombre de su familia.
Se evita así que caiga en la pobreza o en situaciones precarias.

Por su parte, la mujer es dueña de sus bienes y puede gastarlos como estime oportuno, sin ninguna obligación de mantener a nadie, ni siquiera a ella misma.
Estos bienes pueden ser de varios tipos:
- La dote. Es el dinero que recibe de su marido al casarse y que pasa a ser suyo y formar parte de sus bienes privados.
- La herencia. En una época en que las mujeres no heredaban, este fue un paso muy importante. La mujer comienza a heredar obligatoriamente según sea madre, hija, hermana, esposa... del fallecido; y lo que recibe también es suyo en exclusiva.
- Si la mujer recibe un sueldo por su trabajo, este dinero es sólo de ella y no está obligada a emplearlo en los gastos familiares si no quiere.
- Si la mujer invierte su dinero y recibe un beneficio, igualmente es solamente de ella.

En el Islam, tanto hombres como mujeres tenemos obligaciones y derechos (que son diferentes para cada uno). Vemos que en el aspecto económico los derechos de las mujeres son muy ventajosos, sobretodo si se compara con la situación de las mujeres no musulmanas, como he comentado al principio, y todas las obligaciones y cargas que en este sentido se ven obligadas a asumir.

domingo, 28 de junio de 2015

No hagamos públicas nuestras faltas


De Abu Huraira se transmitió que oyó decir al Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él): 
"Todo mi pueblo está a salvo de la lengua y de la mano de los demás siempre que haga el bien, excepto los que manifiestan públicamente sus propios defectos. Y realmente, el manifestar públicamente los defectos y faltas es que uno haga algo reprochable por la noche y amanezca habiendo Allah cubierto su falta. Y después diga: "Fulano, ayer por la noche hice esto y aquello". De forma que amanece poniendo al descubierto lo que Allah ha cubierto la noche anterior."
(Lo relataron Al-Bujari y Muslim)
(Hadiz número 161 de Lo más granado de los Jardines de los Justos, del imam An-Nawawi, traducido por Zakaríya Maza)

Es fácil ver esto en algunas conversaciones en las que se exponen sin pudor todo tipo de faltas como si fuese algo sin importancia o incluso divertido. 
Y pienso que no beneficia a nadie el exponernos de esa manera.
Otra cosa puede ser que comentemos una falta en confidencia porque necesitamos ayuda o un consejo para repararla, o al contrario, que nuestra experiencia pueda ayudar a alguien. Pero hacerlo así, sin motivo, vemos en el hadiz que es un gran error, ya que Allah tapó nuestro fallo y nosotras aun así nos empeñamos en revelarlo con todo el perjuicio que nos puede traer.

Hay algo que puede ocurrir fácilmente en el caso de las musulmanas regresadas (o conversas) y es por eso que tenemos que poner especial cuidado en evitarlo.
En los años de nuestra vida en que no éramos musulmanas, puede ser que hayamos tenido comportamientos que en aquel momento nos parecían normales pero ahora reconocemos como faltas. Allah nos perdonó por ello al pronunciar nuestra Shahada, es decir, cubrió nuestras faltas. Entonces no tiene sentido destaparlas ahora en público y descubrirlas, tal y como se menciona en el hadiz, poniéndonos en riesgo de no estar a salvo de la lengua y la mano de los demás.
¿Cuándo puede ser que hagamos esto?
Cuando entramos en charlas frívolas en las que se comentan ciertos actos como si fuera lo más normal o incluso algo bueno, divertido, moderno, gracioso... pero que dentro del Islam se consideran inapropiados e inaceptables. En esos momentos, en los que queremos ser una más del grupo, podemos participar en la conversación y casi sin darnos cuenta empezar a contar cuando antes éramos de tal forma o hacíamos tales cosas.
Esto es peor aun si se hace en foros, blogs o redes sociales porque entonces queda a la vista de cualquiera que pueda pasar por allí a leer, y podríamos estar hablando de cientos o miles de personas.

Agradezcamos y respetemos cuando Allah nos borra una falta y no Le llevemos la contraria contándola públicamente.



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