Vamos a contarte la más hermosa de las historias al inspirarte esta Recitación, antes de la cual estabas inadvertido. (Corán 12:3)
La Sura de Yusuf (sura 12 del Corán) está llena de enseñanzas y cuestiones sobre las que reflexionar. Un punto importante en ella podríamos resumirlo como la paciencia ante las desgracias.
Yusuf (en español, el profeta José, la paz de Allah sea con él) fue arrojado a un pozo por sus hermanos, fue vendido y llevado a vivir a un lugar lejos de su familia y pasó varios años en la cárcel acusado de un delito que no cometió.
Todas estas adversidades las soportó con paciencia, encomendándose a Allah que todo lo puede y sin perder nunca la esperanza en Su ayuda.
Qué grandes son estas cosas en comparación con los contratiempos que nos llevan tantas veces a reaccionar con enfado y continuas quejas cuando nos pasa esto o aquello que nos disgusta. Y qué gran mérito tendríamos si nuestra primera reacción fuese imitar el ejemplo de los virtuosos profetas que nos mostraron su paciencia ante las experiencias más duras.
Pero en esta sura no sólo encontramos la paciencia de Yusuf, también nos debe llamar la atención la actitud de su padre, Yaqub (en español, el profeta Jacob, la paz de Allah sea con ellos).
Yaqub perdió a su amado hijo Yusuf, le dijeron que había muerto (sin ser cierto) y durante años sufrió por él, sin perder la esperenza y pidiendo a Allah.
Y enseñaron una túnica con sangre falsa. Dijo: ¡No! Vuestras almas os han inducido a algo, pero hermosa paciencia y en Allah es en Quien hay que buscar ayuda contra lo que contáis. (Corán 12:18)
Dijo: ¡No! Vuestras almas os han incitado a algo, pero hermosa paciencia. Puede que Allah me los traiga a todos a la vez, verdaderamente Él es el Conocedor y el Sabio. (Corán 12:83)
Acerca de esta aya (12:83), se recoge lo siguiente en el tomo 5 del Tafsir del Corán de Al-Qurtubí:
"De aquí se desprende que todo musulmán debería tener paciencia cuando le ocurre alguna desgracia a él mismo, a sus hijos o a su riqueza, mediante la aceptación y su total entrega al mandato de Quien ha hecho posible lo que le ha sucedido, el Poderoso, el Sabio, y siga el ejemplo del profeta de Allah, Yaqub y los demás profetas, Allah les conceda a todos paz y bendiciones. Se transmitió de Al-Hasan que dijo: No hay dos tragos que pueda pasar el siervo más queridos para Allah que el trago de una desgracia que pasa el siervo con buena paciencia y resignación, y el trago de una ira que controla el siervo con mesura y perdón. La paciencia debe ponerse en la primera embestida de la desgracia, y la recompensa es de quien menciona su desgracia y dice: inna lillahi wa inna ilaihi rayi´un (de Allah somos y a Él volvemos) y de Ibn Abbas se transmitió que dijo: Yaqub recibió como recompensa por Yusuf la equivalente a la de cien mártires.
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