miércoles, 29 de julio de 2015

Cómo apareció el agua de Zamzam

El agua manando de Zamzam

Ibrahim (la paz sea de Allah sea con él) le pidió a Allah:
¡Señor nuestro! He hecho habitar a parte de mi descendencia en un valle en el que no hay cereales, junto a Tu Casa Inviolable; para que, Señor, establezcan la Oración; así pues haz que los corazones de la gente se vuelquen hacia ellos y provéeles de frutos para que puedan agradecer. (Corán 14:39)

Llegó Ibrahim, sobre él la paz, con Hayar y su hijo Ismail en periodo de lactancia; los dejó junto a la Casa Sagrada y bajo un árbol frondoso, sobre Zamzam por encima de la mezquita, sin que hubiese entonces allí ni agua ni nadie; de manera que dejó con ellos un hatillo con dátiles y un odre de agua; después partió Ibrahim y la mujer le siguió diciendo: ¡Oh Ibrahim! ¿Dónde vas? Nos dejas en este valle donde no hay nadie ni nada; eso se lo dijo varias veces sin que él se volviera; le dijo ella: ¿Acaso Allah te ha ordenado eso? Dijo: ¡Sí! Dijo ella: Entonces no nos abandonará; y regresó a su lugar. Se alejó, pues, Ibrahim hasta adentrarse en el desfiladero, donde ya no se le veía; se giró entonces y, volviendo su rostro hacia la Casa, hizo estas súplicas alzando sus manos (la súplica que se menciona en la aya del inicio).

La madre de Ismail permaneció allí alimentando a su hijo y bebiendo de aquella agua, hasta agotarse. Pasado un tiempo ella y su hijo estaban sedientos y viendo la madre que su hijo babeaba de la sed que tenía, miró a su alrededor y subió al cerro (Safa) que más cerca tenía. Desde lo alto empezó a otear el valle por si veía alguien que los socorriese, pero, como no veía a nadie, bajó de Safa hasta llegar al valle de nuevo, se recogió la punta de su túnica y empezó a correr con esfuerzo y cruzó el valle a lo ancho hasta subir al cerro de enfrente (Marwa) y desde lo alto oteaba el horizonte por si veía alguien, pero tampoco veía a nadie; y así hizo hasta siete veces.
De Ibn Abbas se transmitió que dijo el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él): Esa es la carrera de la gente [que ha de hacer en la Peregrinación a Meca] entre ambas montañas (Safa y Marwa)

Y al subir a Marwa oyó una voz y dijo: ¡Sah! Refiriéndose a ella misma como afinando el oído y queriendo oir a alguien que la socorriera. Fue entonces cuando vio al ángel que escarbaba con su ala en el lugar de Zamzam hasta que apareció el agua, y ella formó una pileta con sus manos, y después de sacar agua para beber empezó a manar el agua. 
Y de Ibn Abbas que dijo el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él): Allah se compadeció de la madre de Ismail. Si ella hubiera dejado Zamzam y no hubiera sacado agua, sería una fuente de agua superficial solamente.
Así que bebió ella, luego amamantó a su hijo y le dijo el ángel: ¡No temas perderte porque aquí está la Casa de Allah que la construirá este chico y su padre; y verdaderamente Allah no abandonará a su familia! (El hadiz completo lo recoge Al-Bujari en el capítulo de Los Profetas).

Hay aquí una cuestión y es que nadie puede agarrarse a este relato para abandonar a su hijo y a la madre en una tierra perdida e inhóspita confiándose a la voluntad del Poderoso y Misericordioso, siguiendo el ejemplo del profeta Ibrahim Al-Jalil, no siendo esa la verdadera realidad de la confianza en Allah (tawakkul); ya que Ibrahim hizo eso por mandato expreso de Allah por el dicho en el hadiz: ¿Acaso Allah te ha ordenado eso? Dijo: ¡Sí! Y se relató que cuando Sara se sintió celosa de Hayar al saber que había dado a luz a Ismail, salió con ella Ibrahim, sobre él la paz, hacia Meca; pues se relató que montaron sobre Al-Buraq: él Hayar y el niño; y en el mismo día viajó desde Sam a Meca dejando allí a su hijo y a su madre, y montó de nuevo partiendo, de regreso, ese mismo día; siendo todo eso por inspiración de Allah, el Altísimo; entonces, cuando les dio la espalda hizo la invocación o du´a comprendida en esta noble aya.

(Tomo 5 del Tafsir del Corán de Al-Qurtubí, traducido por Zakaríya Maza)

Cuando se habla de la Casa se refiere a la Kaaba, dentro de la Mezquita Sagrada de La Meca. 
El pozo de Zamzam (foto del inicio) está situado a unos metros de la Kaaba. Su agua es especial, no sólo por la forma milagrosa en que apareció, sino también por sus cualidades curativas comprobadas científicamente y la ausencia de contaminantes biológicos. Está lejos de cualquier otro punto de agua, nunca se seca y se reabastece a sí mismo de forma constante. (Leer más aquí)


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